jueves, 31 de octubre de 2013

Bunbury: 'Palosanto' como agente de cambio

Enri
CHICAGO - La conversación sería por Skype. Nos permitiría, cumplir con dos funciones vitales en estos días: Tener la entrevista en video para usarla en internet y rescatar el audio para transcribirlo y darle forma a la versión escrita de la entrevista.
Probamos la conexión. Estábamos listos para grabar por Skype. "Cuando Enrique diga, comenzamos", le dije al publicista que haría la conexión y con quien charlaba de computadora a computadora. Él en Los Ángeles, yo en Chicago.

"Enrique dice ya", respondió Bunbury sin aparecer a cuadro, a una distancia corta del publicista para luego vernos de frente.
No había lugar para comenzar preguntándole el por qué el nombre del disco. Ya lo había dejado claro en septiembre pasado, cuando publicó una carta-manifiesto en su página web oficial explicando el nombre y varios otros puntos del disco de 15 temas y dividido en dos partes.
"En realidad, escribí ese texto, esa carta abierta, intentando evitar que me preguntaran por el título del disco. Mi único objetivo era que, ojalá después de eso nadie me preguntara por 'Palosanto', pero parece que no lo he logrado", comentó quizá, después de haber sido cuestionado con la pregunta obvia en entrevistas anteriores (eso no lo sé, lo supongo).
Personalmente, al escuchar por adelantado el disco, me pareció que "Palosanto" puede, sin pretensiones chamánicas del intérprete, ser un disco medicinal, curativo como la madera del árbol del mismo nombre.
Su contenido puede ser esa medicina endulzada -con los arreglos musicales- para entregar un contenido subversivo en sus letras, que replantean un cambio a nivel de sociedad y de individuo, un llamado a dejar la enajenación y la comodidad de la supuesta seguridad. Una petición a que te hagas responsable de tus actos y decisiones. Que no necesites profetas o guías.
"Hay bastante de eso", afirma al planteamiento hecho en la conversación."En algún momento del disco se habla el área de confort y de esa cierta seguridad en la que nos asentamos todos, pero creo que lo que subyace bajo del disco es la necesidad y la búsqueda de un cambio. Hay una primera parte en la que se habla de un cambio un poco más desde un punto de vista más social, y en la segunda, desde un punto de vista personal, más introspectivo. Ahí me podría enrollar un poco con el tema", me dice, en un cierto tono de advertencia.
No tengo reparo en que lo haga. Le puedo dar mi apreciación personal del disco, pero es suyo. (Sus razones tendrá para haberlo hecho como lo hizo).
"Me cuesta un poco. No soy muy dado a explicar los discos. En este caso, sí que lo estoy haciendo. Has hecho una apreciación que me ha gustado, que otros no han hecho. Pero me gusta que cada uno vea el disco a su manera", y se toma un respiro para desglosar el disco en sus dos partes.
La primera, más social descrita en los temas "Despierta" -el primer sencillo-, "Mas algo que nosotros, sólo el cielo", "Salvavidas", "Los inmortales", "Prisioneros", "Habrá una guerra en las calles", "Destrucción masiva" y "El cambio y la celebración".Todos ellos temas extremos, escépticos, radicales o actuales como el tema "Los inmortales", que habla de movimientos sociales, -sin decirlo tal cual, pero que puede ser referencia cercana al movimiento estudiantil mexicano "Yo soy 132"- o "Destrucción masiva" que te vaticina que para el cambio, sólo se puede hacer algo extremo.
"En esa primera parte, en un primer momento se manifiesta una alegría y una emoción por esa posibilidad de cambio y hay otras voces en el disco. 'Los inmortales' que mira con escepticismo e ironía a todos estos chicos que salen a la calle manifestándose y otras canciones como 'Habrá una guerra en las calles' o 'Destrucción masiva', que llegan a la conclusión de que la única manera de conseguir un cambio verdadero, es a través de revoluciones violentas o con derramamiento de sangre", describe.
La segunda parte de "Palosanto", la individual, la forman "Hijo de Cortés", "Mar de dudas", "Miento cuando te digo que lo siento", "Nostalgias imperiales", "Casualidades" y "Todo"; replantea dónde comienza el cambio.
"Esa parte mira a otra dirección. (Plantea) hasta qué punto realmente podemos hacer cambios (a nivel social), que podemos hacer cambios mucho más mínimos y que nuestro radio de acción no llega tan lejos, que podemos cambiar nuestras costumbres en el núcleo más pequeño, en la familia, los amigos, en los barrios. La conclusión en las últimas dos canciones es que el cambio sólo puede partir y ser verdadero si proviene de dentro hacia afuera y que el cambio lo hacemos en solitario".
Ni profeta, ni líder: Sólo un mortal más
La conexión por Skype se congela. Lo intentamos por segunda vez retomando una idea suelta de mi parte, sobre la coincidencia del sencillo "Despierta", con la revista de los Testigos de Jehová llamada "¡Despertad!" que hace un análisis de los temas actuales y trata de asociarlos con las profecías bíblicas según el punto de vista de esta religión.
"Me estabas diciendo que me iba a meter en una secta", retoma la conversación.
"Jamás dije eso. Sólo te menciono la coincidencia y una posible asociación. Nada de eso. Lo tengo claro", le comento.
"Nada más lejos que eso, es una coincidencia, no sé ni si quiera si simpatizo, o dejo de simpatizar. No tengo muy claro lo que predican los Testigos de Jehová, pero en realidad, todo tipo de religión organizada, me 'chirria' un poco", dice.
De nueva cuenta, la conexión se congela. Optamos por el enlace tradicional, una conversación telefónica.
Tomamos entonces como tópico "Hijo de Cortés", la canción que hace alusión al descrito por la historia como "el conquistador de México", Hernán Cortés y una referencia al origen español del cantante.
El tema habla de lo malo que es asumir, de las etiquetas, de confundir pueblo con soberano. Invita a dejar la discusión de la conquista, a enterrar el rencor que ésta provocó en los pueblos latinoamericanos, brindando con "chelas".
"Es una canción que pretende ser más global de lo que parece. Digamos que es un error que cometemos todos en algún momento, de juzgar a los pueblos por sus gobernantes. Pongo un poco como ejemplo, ahora que que yo vivo en Los Ángeles, que muchos amigos míos españoles me preguntan '¿Cómo puedes vivir en EEUU?'. Eso es un poco de lo que habla la canción, de esa manera de juzgar a un pueblo por el tipo de gobierno que tiene", resaltó.
Dicho eso, reafirma que este disco no es una especie de evangelio para los autollamados "bunburianos" -sus seguidores-, sino un disco actual. De afirmación o negación a lo que ha hecho antes. Contradictorio, un poco, como todos sus discos, pero sin afán de búsqueda. Eso ya quedó claro en otros materiales.
"Creo que musicalmente, 'Palosanto' es un disco que nace como respuesta a mis tres últimos álbumes -Hellville de Luxe, Las Consecuencias, Licenciado Cantinas- que fueron de búsqueda, de raíces de (buscar de) dónde provenía mi gusto por la música. En 'Hellville' de 'Luxe' y en 'Las consecuencias', miraba hacia el rock y las raíces del rock norteamericano. En 'Licenciado Cantinas' miraba hacia el folclor latinoamericano. Este disco no tiene nada que ver con la investigación de raíces. Es un disco de 2013, quería hacer un disco actual, moderno, contemporáneo, centrado en el presente", reafirma.
Un disco coral, donde no pierde su voz
Los creyentes, los escépticos, los luchadores, los apáticos, los optimistas y los extremistas. Todos ellos tienen cabida en "Palosanto", porque no refleja únicamente la opinión de Bunbury, aunque él tiene un poco de ellos.
"Tengo que decir es que lo que se reafirma en este disco no es mi opinión. Hay canciones que se acercan a mi opinión y otras son radicalmente opuestas a mi opinión. Es un disco con muchas voces. Es una reflexión sobre el cambio, sobre su búsqueda y necesidad".
"¿Tú qué piensas?", le pregunto sin más.
"Pienso más como la segunda parte del disco. Pero te puedo decir que a lo largo de mi vida he pensado de maneras diferentes, y que incluso, en el mismo día, he llegado a pensar como todos los personajes de este disco".
"Palosanto" es su decimocuarto álbum como artista -cuatro con Héroes del Silencio, ocho como solista, uno con Bushido y otro con Nacho Vegas- y reafirmo, el más optimista.
"Ese es el propósito, es lo lo que pretendo, hacer canciones que gusten, que la gente las cante, que las disfrute, pero por supuesto, quiero dar un contenido".
Para anotar:
Enrique Bunbury se presentará en Chicago con su gira 'Palosanto' el 18 de septiembre de 2014 en el Aragón. Boletos disponibles a partir del 6 de diciembre
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