viernes, 11 de abril de 2014

Nacho Vegas y la disforia postcoital

Nacho Vegas y la disforia postcoital

POR DAVID ACEBES , 10 ABRIL, 2014
Nacho Vegas. Resituación
Nacho Vegas. Resituación
  
   El pasado 8 de abril salió a la venta Resituación, el nuevo y esperado disco de Nacho Vegas. De carácter reivindicativo, este álbum continúa la senda que iniciara el cantante astur en Cómo hacer crac, un EP cuyo single homónimo se ha convertido, en apenas tres años, en un himno para los muchos seguidores del Movimiento 15-M.
   «Y en la calle se hace un gran silencio,
   Pero si escuchas bien… oirás un crac.»
   La repercusión que este nuevo disco producirá en el panorama musical no es difícil de prever. Siempre que Nacho Vegas se lanza al vacío de los medios con una nueva canción, con un puñado de buenas letras, escuchamos de fondo las mismas voces. Algunos, sus más fieros detractores, farfullarán –a falta de argumentos mejores- los trillados y ofensivos “qué mal canta” y “cuánto desafina”. Otros, llevados por el furor de la pasión, afirmarán por el contrario que es el mejor compositor español, el nuevo Joaquín Sabina, un verdadero poeta.
   Ni tanto, ni tan calvo. Pese al manido argumento de considerar a los cantautores como poetas, yo os digo que una canción no es, ni aspira a ser, un poema. En verdad, no lo puede ser. La música, implícita en el ritmo de un poema, impide que lo sea. Y Nacho Vegas no es un «Poeta» por el simple hecho de que no escribe poemas. Escribe canciones. Y él mismo se ha empeñado en demostrarlo, publicando algún que otro poema suelto en su libro recopilatorio Política de hechos consumados, donde –sin el parapeto de su música- sus versos languidecen con una flacidez poética evidente. No obstante, esta pequeña mácula en la carrera del cantante gijonés no es óbice para que un servidor se posicione del lado de los que opinan que escribe las mejores letras de la música actual.
   Para demostrarlo, haré –con su permiso- un pequeño experimento. Cogeré un par de versos, a modo de biopsia poética, y los analizaré desde un punto de vista crítico. Veamos, pues, qué resultado nos depara. Los versos escogidos pertenecen a la canción Ciudad Vampira, una «per-versión» del Devil town de Daniel Johnston, y que ya ha circulado por Internet bajo otros títulos como La ciudad más triste de este mundo o Matar vampiros. Leamos:
   «No quería hacerlo, pero tú insististe…
   Y vi tu cara triste cuando te corriste.»
   Los grandes detractores de Nacho Vegas aducirán que son unos versos vulgares. El más listo de la clase se jactará del uso desproporcionado de monorrimos (insististe-triste-corriste), pero a mí –cuando los escuché por primera vez- he de confesar que me recordó en seguida a otra estrofa suya. Me refiero a una que pertenece, tal vez, a una de sus mejores canciones, En la sed mortal, donde el autor recita (en esta ocasión, no me atrevo a decir que canta) unos versos que son un autoplagio o intertextualidad propia. Dice Nacho Vegas. «Y amablemente / invito a una copa a Dodó, / y él me cuenta / que incluso los perros se ponen tristes / después de eyacular». ¡Ah! Esto ya no es casualidad. Es copia exacta de un viejo aforismo griego, atribuido a Hipócrates, a Galeno, a Aristóteles, y que en su versión latina dice más o menos así Omnia animal post coitum triste, es decir, todos los animales se ponen tristes después del coito. Está claro, como el propio Nacho Vegas ha reconocido tantas veces, que algunos cantantes también leen…
   No sé qué pensarán ustedes, pero dudo que, por mucho que indagáramos en las letras de cualquier afamado compositor español (o extranjero), no seremos capaces de encontrar una revelación semejante. Nacho Vegas reconoce lo que en términos médicos se conoce con el nombre de disforia postcoital, trastorno –bastante habitual, por otra parte-, que se caracteriza por una repentina tristeza (tristitia, dirían los romanos), que se produce después de un encuentro sexual satisfactorio y que puede durar desde un par de minutos hasta unos días después del coito.
   En una entrevista del año 2001, el polémico escritor Fernando Sánchez Dragó afirmó que uno de sus libros preferidos era, por encima de muchos, La vida secreta de Salvador Dalí, autobiografía en la que el genial pintor catalán demostraba sus dotes como escritor y reconocía, una tras otra, sus fobias, entre ellas, la eritrofobia, que no viene a ser otra cosa que el miedo a ruborizarse. Tal manifestación, dado el consabido carácter exhibicionista del pintor, puede resultar chocante, pero hasta el propio Ian Gibson la da por cierta en su biografía del pintor. En este mismo libro, Dalí confiesa un pequeño secreto que no tiene parangón en toda la literatura autobiográfica española. Escuchemos la voz de Dalí:
   «Evitaba a Lorca y al grupo […]. Era éste el momento culminante de su irresistible influencia personal… y el único momento de mi vida en que creía atisbar la tortura que puede haber en los celos. A veces estábamos paseando, el grupo entero, por el Paseo de la Castellana, en dirección al café donde celebrábamos nuestras habituales reuniones literarias y donde yo sabía que iba a brillar Lorca como un loco y fogoso diamante. De pronto, me escapaba corriendo, y en tres días no me veía nadie.»
   Tal vez esta confesión, este no guardarse nada para uno mismo, es lo que seduce a críticos como Dragó y, por analogía, ha de seducirnos a nosotros… en el caso de las letras de Nacho Vegas. Reconozcámoslo, ¿cuántos de los que escuchamos las canciones de este autor seríamos capaces de admitir ante los demás que somos un poco envidiosos? ¿Quién de nosotros sería capaz de admitir ante el mundo entero sus problemas sexuales? Vegas lo hace. Cómo no recordar su magnífica canción Me he perdido, escrito con y para Cristina Rosenvinge, y donde el bueno de Nacho se atreve a confesar: «Y añadiste “si lo hacemos, tonto mío, / pues hagámoslo como es debido”. / “Y, ¿cómo es eso?” pregunté. / Y tú me dijiste: “Justamente así, no.” ¡Qué grande! No es poesía, pero lo parece.
   Es evidente que la comparación con Sabina, con Ismael Serrano, con Quique González, con cualquiera de los cantautores que saquemos a colación, no se sostiene. A las pruebas me remito. Aunque, visto lo visto, oído lo oído, no digo yo que todas estas confidencias, todos estos desahogos líricos, no sean más que una pequeña broma final. Un mero recurso retórico de un ser adicto a la auto-parodia. Alguien que es capaz de cantar, como si la cosa no fuera con él:
   «Por allí llega Nachín con otra lúgubre canción.
   Se cree especial, pero no lo es. Miradlo bien:
   es medio maricón, y se meaba en la cama hasta los diez…»
  Pues eso…

Los músicos y sus sombreros

Los músicos y sus sombreros

Elegante, diferente y en peligro de extinción. Aunque los menos, los fieles al sombrero lo son de por vida. Que se lo pregunten si no a Keith Richards y a Johnny Depp, que lo llevan adherido. Por Sira M. Lebón, Ilustraciones: Blanca López-Solórzano
Por  - 19 de junio de 2012

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De fieltro, bombín, tipo cowboy… Es ver un sombrero y se nos disparan las dudas. ¿Por qué? ¿Cómo se combina esto? Y, sobre todo,¿qué pretende camuflar este tipo debajo de ese trozo de fieltro? Pues bien, la malvada ilusión de ver bajo el sombrero deJohnny Depp una incipiente calva, o una reluciente coronilla tras el bombín deSabina se desvanece. Los grandes caballeros seguidores del sombrero lo son de forma incondicional. Les gusta y punto. De hecho, la mayoría tiene pelazo (obviando el caso de los señores Winston Churchill y Al Capone, de cabezas brillantes). Les aporta estilo, clase, les distingue… Precisamente, cumple la finalidad con la que se creó: fijar un estatusEn pleno 2012, el mundo de la sombrerería, un arte con el que comenzaron a experimentar grandes agujas como “Coco” Chanel, le debe mucho al mundo del cine, pues Robert Downey Jr., Jude Law, Colin Farrell o el mismo Depp pasean sus fedora en toda première o alfombra roja que se precie. Pese a su particularidad, con el rescate del look vaquero liderado por el auge del tejido denim, el modelo cowboy que lucen Bunbury o los Arizona Baby  es otro de los que reaparece en el mercado.
Unos los portan con gracia natural, otros de forma impostada y completando ese estudiado look tirado. Por eso, rompemos una lanza a favor de los auténticos caballeros. Porque nos resistimos a creer que figuras de la talla de Elvis Costello, John Lee Hooker, Leonard Cohen o Tom Waits se miren al espejo dos veces antes de salir de casa. Ellos, seguros y decididos, salen al mundo con su inseparable complemento, y con la cabeza a cubierto para que no se esfumen las ideas…

Bunbury: romance y rock and roll en Quito

Publicado el 07/Abril/2014 |
El cantautor español ofreció un concierto de dos horas y 20 minutos en el Coliseo General Rumiñahui. Hizo un recorrido por su toda su trayectoria musical.

Sábado, 20:10. Una nave espacial recorre la gran pantalla led en el escenario del Coliseo Rumiñahui. De una luz cósmica salta al escenario Enrique Bunbury. Los fanáticos enloquecen con Despierta el tema promocional de Palosanto, el disco que el español viene a promocionar en Ecuador.

A este tema le siguen El club de los imposibles, Los inmortales, Contracorriente e Hijo de Cortés. Los fanáticos no abandonan a Bunbury en ningún momento. Cantan a todo pulmón cada canción. Faltó poco para llenar el coliseo, a pesar que el español vino en el 2012. 

Con un look rebelde y atrevido. Vestido de cuero completamente Bunbury encantó con sus sexies movimientos y sus extravagantes poses. En su sexto tema rindió homenaje a Julio Jaramillo con el cover de la canción Ódiame.

Los temas de su nuevo disco están acompañados de un engambre visual que se aprecia en la pantalla led a sus espaldas. Entre ellas Más alto que nosotros solo el cielo y Destrucción masiva. Imágenes que hacen alusión a las guerras, al poder mediático, a mundos paralelos en los que la naturaleza era reemplazada por la tecnología. El mensaje de Palosanto es claro: cambiar el mundo para evitar su destrucción.

Bunbury muestra su lado más español con El extranjero pero también su lado romántico con Deshacer el mundo (la única canción de Héroes del Silencio de la noche), El rescate, Los habitantes y Salvavidas. El rock and roll llegó con El hombre delgado que no flaqueará jamás de su álbum Hellville De Luxe. Con este tema los fanáticos se ponen a bailar y Bunbury no duda en contornearse con el micrófono en mano.

Frente a frente (cover de Jeanette), Que tengas suertecita y Lady Blue son los temas más coreados de la noche. Después de este set Bunbury se despide de los ecutorianos agradeciendo por su presencia. 

Esta vez sí vuelve para entregar más: Miento cuando digo que lo siento, Puta desagradecida de su álbum Tiempo de las cerezas y Me calaste hondo. Se va de nuevo y tras los gritos del público regresa. “Tienen algo que hacer o nos permiten seguir cantando para ustedes”. Bujías para el dolor y El viento a tu favor cierran el concierto después de dos horas y 20 minutos.

Bunbury se va y deja en el escenario a su banda Los santos inocentes. Ellos agitan la bandera de Ecuador y hacen una venia al público. Algunos fanáticos se quedan con ganas de escuchar algún otro tema de los Héroes del Silencio. La mayoría salen satisfechos y más enamorados de su música.

Bunbury en Lima: Cantante interpretará vals "Ódiame" en su concierto




31 de Marzo del 2014

El cantautor español Enrique Bunbury  se reunió con la prensa nacional y señaló que espera que su nuevo show le guste a sus fans y se sorprendan con él. 

Adelantó además que incluirá en su repertorio de mañana el conocido vals criollo 'Ódiame' y la canción de Héroes del silencio, entre otras sorpresas especiales.

'Palosanto es el show mas ambicioso que he realizado, es un espectáculo más que musical, es un gran esfuerzo poder viajar con él. Palosanto es un show que hemos trabajado mano a mano con mi directror de iluminación y hemos querido incluir una parte de contenido social e ideológico y un componente de poesía audiovisual para que se entienda mi propuesta, espero les sorprenda, les guste y les entretenga y espero verlos mañana', afirmó.

Cuando fue consultado sobre su labor como cantante actualmente dijo estar satisfecho en la posición en la que se encuentra.

'Me encuentro feliz de desarrollar mi profesión con dignidad, lo difícil que es hacer música y mantenerse es mas difícil aún y valoro a la gente que sigue. Soy consciente de la fortuna que tengo de viajar por todo el mundo y que la gente le guste mis discos'.

Respecto a su relación con Perú y la inclusión del vals peruano Ódiame en el repertorio de su show, Bunbury confirmó que lo cantará este martes. 'Vamos a incluir 'Ódiame' en el concierto de mañana y espero poder hacerlo con algún músico peruano. Siempre ha sido una de mis pasiones la música tradicional peruana y varios de mis canciones tienen una relación con Perú. Incluso hay un tema de mi último disco llamado 'Vida' que inicialmente la compuse como un vals criollo', sostuvo Bunbury.

Cuando se le preguntó porque incluía un ovni en su nuevo show, Bunbury trató de dar una explicación a ello a su estilo. 'Los músicos venimos de otro planeta y hemos elegido como vehículo a un ovni para evitar todos los asuntos aduaneros y las fronteras también', manifestó.

Sobre la reciente inclusión de un tema de su anterior banda Héroes del Silencio, 'Deshacer el mundo', el español explicó el porqué. 'Si hay una razón, en los últimos años he incluido una o dos temas en esta gira y en esta oportunidad esa canción tenía una relación directa con lo que digo en Palosanto, habían canciones que hablaban en términos muy similares a lo que yo decía hace tiempo y en este caso es como si esa persona de hace 20 años hablará con mi versión de hoy'.

Como se sabe, Enrique Bunbury se presentará este martes 1 de abril con un espectacular show en el Parque de la Exposición, donde ofrecerá lo mejor de su repertorio como solista y una sorpresa de su ex agrupación Héroes del Silencio. Las entradas para este esperado concierto siguen a la venta en Teleticket de Wong y Metro.